La Nagatoro peruana se subasta por 350 dólares y se la lleva un señor de 40 años

¿Qué harías si tuvieras la oportunidad de salir con una de tus waifus favoritas… La Nagatoro Peruana? Eso es lo que se preguntaron los asistentes al NogFest, el evento más otaku del Perú, donde se realizó una subasta de waifus en la que se podía pujar por una cita con algunas de las cosplayers invitadas.

Una de las más populares fue la Nagatoro peruana, una tiktoker que se ha hecho famosa por sus vídeos imitando a la carismática Hayase Nagatoro, la protagonista del anime Ijiranaide, Nagatoro-san (Don’t Toy With Me, Miss Nagatoro), que le hace bullying a su senpai.

La Nagatoro peruana no solo es una cosplayer, sino también una de las organizadoras del NogFest, un festival que celebra la cultura japonesa, el anime, el manga y los videojuegos. En este evento, se ofrecieron diversas actividades como concursos de karaoke, de yamete kudasai y de espantaviejas.

Pero lo que más llamó la atención fue la pasarela de cosplay y la subasta de waifus, en la que los asistentes podían ofrecer dinero por pasar un tiempo con la cosplayer de su elección. La Nagatoro peruana fue la más cotizada de la noche, ya que muchos querían comprobar si era tan traviesa como en sus vídeos.

Al final, el ganador fue un señor de más de 40 años que pagó nada menos que 1300 soles (unos 340 dólares) por tener una cita con ella. Según contó la propia Nagatoro peruana en su Instagram, el señor resultó ser muy simpático y educado, y solo quería charlar con ella sobre sus gustos otakus.

La cita consistió en ir a comer ramen, ver una película de Kimetsu no Yaiba y jugar en el arcade. La Nagatoro peruana dijo que se divirtió mucho y que no se arrepentía de haber participado en la subasta.

Comentarios a favor y en contra de la Nagatoro peruana

Sin embargo, no todos vieron con buenos ojos esta subasta y criticaron tanto a la Nagatoro peruana como al señor de más de 40 años. Algunos dijeron que era una falta de respeto para las demás cosplayers, otros que era una forma de explotación y otros que era una pérdida de dinero.

También hubo quienes cuestionaron la edad del señor y dijeron que era muy mayor para ir a eventos otakus o para salir con una chica tan joven. Algunos incluso dijeron que denigraba al personaje de Nagatoro con su actitud.

Ante estas críticas, yo creo que cada uno tiene derecho a hacer lo que quiera con su dinero y con su vida, siempre y cuando no dañe ni ofenda a nadie. Si el señor quiso pagar por una cita con la Nagatoro peruana y ella aceptó voluntariamente, no veo nada malo en ello. Lo importante es que ambos se lo pasaron bien y fueron respetuosos el uno con el otro.

Además, creo que la edad no es un impedimento para disfrutar de la cultura otaku o para relacionarse con otras personas. No hay una edad límite para ser fan del anime o del manga, ni para expresar sus gustos o preferencias. Lo que importa es la actitud y el respeto mutuo.

Por eso, creo que no debemos juzgar ni criticar a las personas por lo que hacen o por lo que les gusta, sino aceptarlas y respetarlas. Al fin y al cabo, todos somos otakus y compartimos una pasión común.

¿Qué opinas tú de esta subasta? ¿Te gustaría participar en una así? ¿Crees que la Nagatoro peruana hizo bien o mal? Déjanos tus comentarios y comparte este artículo con tus amigos otakus.